Ejercicios de Coordinación Visomotora
El picado con punzón constituye un magnífico ejercicio de coordinación visomotriz, pues exige movimientos precisos de pequeña amplitud: base para el manejo posterior del lápiz o bolígrafo.
Los ejercicios que presentamos pretenden perfeccionar el acto prensor del punzón (por tanto, del lápiz) y el control de movimientos y de la atención.
A partir de los dos años y medio, el niño empieza a garabatear con el lápiz, tratando de imitar el efecto maravilloso que ve surgir de los dedos del adulto. Para lograr este objetivo, el niño ha debido alcanzar antes una maduración cortical que le permita no sólo “sujetar o agarrar algo”, sino “coger para trazar algo”: importancia de la intencionalidad como base de la diferenciación entre la inteligencia infantil y la no humana.
La preescritura y escritura “precisan” ciertos movimientos de la mano, de los dedos índice, pulgar y corazón, mientras el anular y el meñique sirven de soporte deslizante. Estos movimientos, a su vez, son posibles gracias a la mielinización de ciertas células cerebrales, que se ven favorecidas con la práctica y el tiempo: a los niños y niñas inmaduros aún se les aprecia falta de control y de organización, sincinesias, descargas motoras incontroladas…
Estas premisas nos permiten poder resaltar debidamente la importancia de los ejercicios visomotores que proponemos como un medio instrumental graduado de maduración en el dominio cerebral de movimientos finos.
La edad adecuada para los tipos de ejercicios que proponemos va desde los cuatro-cinco años a los siete, edades que coinciden con la preparación, inicio y afianzamiento de la escritura.
Al principio nuestra meta será lograr una progresiva inhibición en los movimientos manuales, circunscribiéndolos a una amplitud cada vez más limitada, con lo que indirectamente estamos actuando sobre la estabilidad de la atención y de la conducta. Estos ejercicios se hacen, por tanto, particularmente recomendables para niños y niñas inestables psicomotores o para inhibidos y tímidos, a los que exigiremos un esfuerzo muscular de expansión y expresión.
Ofrecemos un tipo de papel normal, aconsejando que lo apoyen sobre planchas de corcho o cartón blando que sirvan de almohadilla. Si nos interesa modificar la tonicidad del niño, demasiado agresivo o, por el contrario, hipotónico, lo apoyaremos sobre material más duro: plásticos o hules, o bien sobre telas.
Especialidad | Distribuciones |
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Especialidad | Editorial CEPE - Distribución |
Especialidad | Psicomotricidad y Educación |
Colección | Catálogo Tienda |
Edad | Nivel escolar: 4 a 8 años. |
Dirigido a | Padres, Profesor PT |