Reflexionar antes de publicar: una regla de ética médica

Reflexionar antes de publicar: una regla de ética médica

Por Dra. Rebeka Jones Guerrero

 

La publicación de la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica que publicó el 13 de abril, el Consejo de Salubridad General (CSG), no sólo ha causado una gran polémica sobre dónde han quedado los valores y el humanismo; base indispensable de la profesión médica. También deja una sensación de poco profesionalismo y de un tratamiento simplista de un problema tan complejo como es lo que significa tomar una decisión sobre dejar de dar atención médica a un ser humano y dejarlo morir.

La definición de la Organización Mundial de la Salud sobre bioética dice: “Es la disciplina que busca aclarar problemas éticos que surgen en relación con la salud; al hacer investigación con seres humanos, diseñar o implementar una política de salud, y brindar atención médica”. Esta definición de la OMS sobre bioética no tiene nada en común con el frívolo lenguaje de la primera Guía publicada por el CSG que utiliza palabras como empate, puntaje, categorías y desempate, lo que más parece que se está hablando sobre un deporte y no de la complejidad que representa salvar la vida de un ser humano. Y aquí transcribimos el punto 24 de la mencionada Guía.

24. Cómo resolver empates

“En caso de que exista un empate en el puntaje de priorización entre dos o más pacientes el proceso para resolverlo será el siguiente. En un primer momento se deberá de recurrir al principio vida-completa. Ello quiere decir que pacientes más jóvenes han de recibir atención de cuidados intensivos sobre pacientes de mayor edad. Las categorías de edad propuestas son 0-12, 12-40, 41-60, 61-75, y +75. Si recurrir al principio de vida-completa no desempata a los pacientes, entonces la decisión sobre quien recibirá acceso a los recursos escasos deberá de tomarse al azar (por ejemplo, lanzando una moneda). Cuando los pacientes se encuentren empatados hay que tomar en cuenta que la tasa de mortalidad por COVID-19 no es la misma entre los sexos”

Sin duda cuando el CSG publicó esta guía no midió el daño que hacía a la población, ya que discrimina a los adultos mayores (aproximadamente 14 millones mayores de 60 años), a los que tienen enfermedades crónicas e inclusive a nivel de sexo, es decir; ser hombre o mujer. Aunque la guía la retiraron con rapidez y algunos de sus miembros salió a dar explicaciones, al ser un tema álgido, muy delicado y que a todos sorprendió, pero dados los tiempos de pandemia que se viven resultó de gran interés para todos, aunque en forma negativa. Así, el Consejo de Salubridad General anunció el 21 de abril que revisa un nuevo proyecto de guía para Asignación de Recursos Médicos en Situación de Contingencia, que deja de dar prioridad a los jóvenes sobre adultos mayores y en caso de empate entre pacientes, no se utilizará el azar para decidir quién accederá cuando haya escasos recursos de medicina crítica. Este proyecto tiene 10 días para ser revisado y en su caso aprobado por el CSG.

Es importante mencionar que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se deslindó del documento puesto que no fue convocada a discusión la Guía, aun cuando el rector Enrique Grawe, es uno de los vocales titulares del Consejo.

Esta publicación además de ser cuestionada por el lenguaje utilizado por los que se supone son los eruditos en bioética y toman decisiones tan complejas como es tratar de salvar el mayor número de vidas, explicaron en su defensa que la primera guía “es un borrador” y la publicada después “un proyecto.” El hecho es el mismo. La ligereza con que se discute y se formula un tema tan delicado como es el triage respiratorio en situación de emergencia sanitaria. Este denominado proyecto del CSG, nada tiene que ver con el documento publicado en 2010 en Washington, DC, por la Organización Panamericana de la Salud afiliada a la Organización Mundial de la Salud denominado: Triage respiratorio en situación de emergencia sanitaria. Se formuló después de la pandemia H1N1 de 2009, cuando los países de la región se enfrentaron a un incremento de la demanda asistencial que subrayó la importancia de disponer de sistemas de triage eficientes en los servicios de emergencias (el triage es un método de clasificación que permite organizar la atención de las personas según los recursos existentes y las necesidades de los individuos).

El documento de la OPS señala que en el caso particular de una pandemia de emergencia respiratoria grave no es necesario implementar las cuatro fases del triage que son las siguientes:

  • La primera fase que identifica pacientes con patología respiratoria aguda de origen infeccioso.
  • La segunda fase que clasifica en función de las definiciones de caso
  • Una tercera fase que define que define el destino inmediato en función de las condiciones clínicas y los recursos disponibles para la atención.
  • Y una cuarta, (la que nos ocupa) más compleja, aunque no aplicable a la totalidad de los casos, referida a establecer necesidades y prioridades en cuanto a cuidado crítico.

A este respecto la OPS señala: “La implementación de mecanismos de triage está ligada a la garantía de atención para todos aquellos que han demandado los servicios asistenciales, es inaceptable caer en el error de emplear el triage como un factor de segregación entre los que se atienden y los que no se atienden”. Para ello en muchos hospitales se ha implementado el denominado: triage estructurado que conlleva la creación de una comisión clínica necesaria en todo centro que quiera implantar el triage estructurado, que estará formado por los profesionales jerárquicamente responsables de la unidad de urgencias, médicos, enfermeros y personal auxiliar e incluye a los profesionales formados en triage estructurado. La Comisión tiene que contar con el apoyo de los directivos del hospital. Además, en la práctica el proceso de triage ha de ser realizado por personal con experiencia y juicio crítico y con capacidad de tomar decisiones y gestionar situaciones difíciles. La disponibilidad de un programa informático de ayuda al triage facilita mucho este proceso.

Una de las aportaciones fundamentales del triage estructurado a la dinámica asistencial es su capacidad para generar un “orden justo” en la asistencia, señala el manual de la OPS y agrega que con el triage estructurado: “las unidades de urgencias se dotan de un sistema magnífico para aplicar el principio bioético de justicia”, pero para que esto sea así, es necesario un intenso trabajo multidisciplinario, para que todo el mundo entienda y acepte esta nueva filosofía de trabajo.

La cualificación de los profesionales que realicen triage con base en el triage estructurado se establece mediante cursos de formación a distancia específicos y acreditados. Cada curso tiene un módulo teórico y un módulo práctico.

Del manual para la implementación de un sistema de triage para los cuartos de urgencia de la OPS, se desprende que el triage o clasificación de los enfermos no está diseñado para discriminar por edad, sexo o condición a ningún paciente, por el contrario, se elaboró para organizar y hacer más eficientes los recursos con los que cuentan los diferentes sistemas de salud y mejorar tanto la cantidad como la calidad de la atención médica que se proporciona a los pacientes.

Por otra parte, es muy importante señalar que hay temas que por su misma naturaleza, como es el caso del triage en el que la decisión, en cada caso es diferente, ya que está influida por una gran variedad de factores, es indispensable analizar antes de publicar si esa información en manos de la población le va a ayudar o por el contrario le va a causar un daño en su salud mental, ya que además de la incertidumbre que sufre por el encierro, por no saber si se está infectado o se infectará, por la situación económica que atraviesa y los problemas familiares que enfrenta, ahora toda la población tiene que lidiar con el miedo de que no sólo el coronavirus es el enemigo invisible a vencer sino además debe agregar el miedo a no infectarse en el momento adecuado, es decir, que se infecte en el momento en que tenga que competir con otros infectados, porque de ser así; su vida dependerá de un volado.